Seudónimo: Juan Verde
Tantas formas de hablar,
ideas para expresar,
palabra tras palabra, sílaba tras sílaba,
miles de maneras de comunicar.
En los libros millones de conocimientos,
hermosas bibliotecas, desde Alejandría hasta Nippur.
Libros tan espléndidos como pocos podrían escribir,
libros tan perezosos como cualquiera sabría escribir.
Obras teatrales, trágicas y cómicas.
Griegos, rusos e ingleses encantados.
Recintos de teatros que derriten la mirada.
Óperas y musicales por doquier.
Una idea ilustrada, un momento inolvidable
plasmado en un lienzo con hermosos colores.
Un paisaje o un hermoso cuerpo al desnudo,
una obra de arte, admirada incluso siglos después.
Edificios altos o bajos, pero siempre cerca de lo divino;
ciudadanos y amigos conviviendo en monumentos,
lugares que resguardan hogares, trabajos e historias,
monumentos de mármol útiles en nuestra vida.
Palabras mudas, expresadas por el movimiento del cuerpo,
emociones mudas, expresadas por el divino movimiento.
En pareja, o en grupo, movimientos como el de un loto
latente arte, palabras mudas, movimiento del loto.
Miles de maneras de expresar, desde la más bella
sencilla manera en la que el bebé se comunica
hasta el saber de un anciano, traspasado a su descendencia.
Todo a través de miles de lenguajes,
cada uno tan cerca de lo divino.